Somos Luis y Diego, padre e hijo, artesanos de profesión y vocación con una carrera de más de 40 años de recorrido.
La profesión de guitarrero siempre fue una espina clavada que deseábamos quitarnos y así lo hicimos en cuanto tuvimos la oportunidad.
Tras una breve incursión no pudimos resistirnos a dedicar todos nuestros esfuerzos a lo que considerábamos un mundo para el que habíamos nacido.
Al igual que los músicos, cada guitarra es única y en base a esta premisa se enfoca nuestro trabajo.
Cuidamos el detalle, la estética y el sonido como lo cuidaría alguien que construye un capricho para sí mismo.
Cada instrumento se trata individualmente prestando la atención que la madera pide. Se usan materias primas seleccionadas de la mejor calidad y todas las piezas se elaboran minuciosamente dentro de nuestro taller.